Si respiras por la nariz, estás ganando en la ingesta de oxígeno. Eres como un árbol floreciente que absorbe la luz del sol y absorbe aproximadamente un 18% más de oxígeno en comparación con quienes respiran por la boca.

Aquí está la divertida ciencia detrás de esto: el CO2 actúa como un acompañante VIP del oxígeno en los músculos. Cuando respiras por la nariz, el CO2 permanece más tiempo, dándole al oxígeno una entrada glamorosa.

Pero si respiras por la boca, eres como el aguafiestas que expulsa CO2. Con menos CO2, el oxígeno no recibe la atención que merece.

La respiración por la nariz mantiene el CO2 presente por más tiempo, lo que garantiza que llegue más oxígeno a los músculos.

Vasodilatación: mejora de la circulación sanguínea y reducción de la presión arterial.

Mejora de la función cardiovascular: al mejorar el flujo sanguíneo y reducir la presión arterial, ayuda a mantener la salud del corazón y los vasos sanguíneos, reduciendo potencialmente el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Regulación del sistema inmunológico: Desempeña un papel en la regulación de la función inmune, ayudando al cuerpo a combatir infecciones y regulando las respuestas inflamatorias.

Comunicación neuronal: el NO actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso, facilitando la comunicación entre las células nerviosas y desempeñando un papel en funciones cerebrales como el aprendizaje y la memoria.

Apoyo a la función eréctil: Papel clave en la función eréctil al relajar los músculos del tejido eréctil en el pene, lo que permite un flujo sanguíneo adecuado y una erección.

Mejora del rendimiento deportivo: inducir vasodilatación puede mejorar el suministro de oxígeno y nutrientes a los músculos durante el ejercicio, mejorando potencialmente el rendimiento deportivo y reduciendo la fatiga.